El sector cárnico es uno de los pilares más importantes de los sectores productivos de CyL, contando con una larga tradición en la producción y elaboración de productos cárnicos de alta calidad y generando puestos de trabajo masivos en tiempos de la denominada “España Vaciada”, que no es más que un reflejo de un proceso más complejo, la brecha territorial, y resultado de la evolución de la coyuntura en la que nos encontramos inmersas.

Algunos datos del sector cárnico en el sector alimentario español

Podemos estimar que el sector emplea a unos 10.000 obreros de forma directa, suponiendo una parte significativa del sector industrial en la región. De los 6000 que se encuentran en la provincia de Salamanca, 4000 están en Guijuelo y su comarca, convirtiendo esta pequeña población salmantina en uno de los núcleos industriales de la comunidad y centro neurálgico del sector del cerdo ibérico en nuestro país.

Las empresas se caracterizan en su mayoría por estar en manos de pequeños y medianos propietarios, principalmente explotaciones familiares. El 95% de estas empresas tienen menos de 50 empleados, convirtiéndolo en un sector muy poco competitivo respecto a otros sectores del ámbito alimentario.

La frecuente contratación a destajo y los falsos autónomos

En España todos conocemos la DOP (denominación de origen protegida), como es el famoso jamón de bellota. La DOP exige hacer la matanza durante la campaña en peso exacto, por lo que hay días que se requiere sacrificar muchos animales y, por tanto, hacer bastantes más horas de las nueve establecidas, y otros en los que el trabajo queda hecho en solo dos horas de jornada.

Es por ello frecuente la contratación a destajo, también llamado trabajo por obra o tarea, de una cuadrilla. El trabajo a destajo suele ser ilegal en la mayoría de los sectores ya que existe otro tipo de contratación que es el contrato por obra, destinado a suplir las necesidades productivas en picos de producción. Sin embargo, el contrato a destajo es un tipo muy común en el sector primario (ganadería, agricultura, caza, pesca), construcción y calzado, siendo legal al estar reconocido en los convenios de aplicación de dichos sectores (en el caso de la industria cárnica, está recogido en el artículo 11 del convenio de sector). Las cuadrillas pactan fuera de convenio con las empresas un precio por pieza hecha o por kilogramo, así como otras condiciones del trabajo a desempeñar. Este tipo de relación laboral tiene bastantes inconvenientes para el trabajador: para empezar, se le somete a una mayor presión, ya que el trabajo se remunera en función de la productividad. Por otro lado, carecen de un salario estable, con la incertidumbre y precariedad laboral y vital que supone. Todo ello puede resultar en más accidentes laborales por intentar producir más de lo que físicamente puede el trabajador y estrés laboral que también puede suponer bajas.

En ocasiones, aunque es algo mucho menos común, las empresas contratan autónomos para el despiece. El tipo de relación que se da no es laboral sino mercantil, por lo que el trabajador autónomo negocia el precio de los servicios que ofrece, pudiendo cobrar un precio total por todo el trabajo, por horas, por piezas, o lo que considere.

Otra relación laboral que se está eliminando es la de falso autónomo: la empresa pone los medios de producción y contrata a una cooperativa de trabajo que presta el servicio. Esta es una relación laboral falseada, puesto que a término legal es una relación mercantil pero en términos reales esos trabajadores no son autónomos (empresarios), ya que los medios para desempeñar el trabajo se los facilita la empresa. Las cooperativas de trabajo asociado son “empresarios” a nivel legal, por lo que no se acogen a los derechos recogidos en el Estatuto de los Trabajadores como son las vacaciones o prestaciones por desempleo ni a los recogidos por convenio.

Con respecto a los trabajadores por convenio, que es el otro tipo de relación laboral más extendido, las empresas cometen frecuentes infracciones del convenio, siendo de las más comunes el alterar los turnos y horarios, sobre todo en campaña, sin atender a los procedimientos legales. Con similar recurrencia se dan las horas de exceso y el abuso de la funcionalidad, como por ejemplo que un peón esté despiezando cerdo o escogiendo magro cuando esto último debe hacerlo un trabajador con categoría superior, ya que se requiere especialización.

La mano de obra inmigrante es la más precaria

A pesar de estar situado en una zona muy concentrada en la provincia de Salamanca, este sector se nutre de mucha mano de obra barata proveniente de otros Estados.

Por un lado, tenemos a los obreros del este de Europa como son Rumanía, Ucrania o Bulgaria, que cuentan con una amplia experiencia y formación en el sector. Por otro lado, están los obreros que llegan de Marruecos y otras zonas de África, quienes, por lo general, carecen de experiencia y se dedican a la parte sucia (limpiar las tripas cuando salen del patíbulo) y a cubrir los trabajos más duros como tirar de los carros o colgar los jamones.

La patronal se reúne todos los años con el gobierno y los sindicatos para acordar cuánta contratación en origen se requiere. La contratación en origen se basa en conseguir visados de residencia y trabajo de mano de obra de otros Estados. Los empresarios piden mucho contingente y tienden a exagerar porque prefieren la mano de obra extranjera por ser más precaria. Los obreros extranjeros son desechados por la patronal al finalizar los picos de productividad.

Conflictos en fábricas

La industria cárnica de Guijuelo se caracteriza por ser un conglomerado de múltiples empresas de pequeño tamaño, por lo que los conflictos laborales que se dan están focalizados en fábricas con una reducida plantilla. Esta situación dificulta en gran medida la organización de los trabajadores y la acción sindical.

La última gran huelga fue en 2019 debido a la situación en la que se encontraban los trabajadores y las expectativas que se tenían frente al nuevo convenio. Se pretendía conseguir la dignificación de la categoría: el aumento del salario y mejoras en la seguridad en el centro de trabajo, entre otras cosas. Finalmente se desconvocó la huelga ya que la patronal cedió a las exigencias.

Es destacable el caso de embutidos Rodríguez, la industria cárnica más grande de la provincia, caracterizada por emplear a falsos autónomos. Conocido como el caso de los “11 acuchillados de Rodríguez”, la empresa despidió a varios de sus trabajadores el primer día de la huelga. Tras mucho trabajo sindical y con el apoyo de los trabajadores, la empresa tuvo que hacer efectivas las cuotas del Régimen General a la Seguridad Social y en estos momentos las personas trabajadoras están reclamando la devolución de las cuotas satisfechas a la seguridad social en calidad de “falsos autónomos”.

Conclusiones

El sector chacinero se caracteriza, en términos generales, por ser un sector precarizado, existiendo actualmente tipologías de contratación que solo intensifican las ganancias de los empresarios a costa de socavar las condiciones de trabajo. Por la información que puede extraerse del sector, la intensificación tecnológica no ha supuesto una transformación significativa de la relación del trabajo con la producción; ni ha habido un aumento de trabajadores en la cadena de producción. Por lo cual, podemos afirmar que el problema de este sector en el territorio se reduce principalmente al exceso de horas trabajadas, la “mala” categorización de los puestos de trabajo (falsos autónomos) y, en ciertas ocasiones, falta de seguridad.

Las huelgas tuvieron como objetivo conseguir un mejor convenio, en tanto que solo se ciñeron a la pura lucha económica. Como se evidencia en este mismo artículo, han conseguido pequeñas concesiones para los trabajadores, pero sustancialmente no han conseguido desprecarizar el sector. La patronal, por su parte, es quien hace concesiones a los movimientos obreros para aplacar las huelgas y permitir así una vuelta a los cauces normales de la producción.

Hoy, la huelga, dentro del paradigma  socialdemócrata hegemónico, solo se concibe como un medio de presión para alcanzar concesiones por parte de la patronal y mejoras en la posición de los trabajadores, acabando con el conflicto una vez sus reivindicaciones son asumidas, o aceptadas parcialmente en la mesa de negociaciones. Sin embargo, su carácter político como herramienta para avanzar en derechos de las trabajadoras cada vez se estrecha más en los márgenes actuales. Por el contrario, la huelga debe concebirse como una herramienta de la clase para ser conscientes de su capacidad y papel dentro de la producción, y de los cambios cualitativos que pueden desempeñar para superar su situación y las relaciones de producción. Es por ello que la movilización de las trabajadoras, su consciencia y organización propia, mediante las uniones en asociaciones cada vez más fuertes y capaces, es más necesaria que nunca.

Sin embargo, las pequeñas concesiones muestran el límite de la impotencia de la situación del movimiento obrero en la actualidad, frente a la capacidad de la burguesía para devaluar nuestras condiciones de vida. Porque en el sistema actual en el que cada vez se acumula el capital en menos manos y la necesidad de cada vez mayor inversión en el mejoramiento de la maquinaria productiva para competir en el mercado hace que las ganancias que extrae la patronal de los trabajadores, lo que se conoce como plusvalía, sea cada vez menor y, por ello, busquen incrementar esa ganancia intensificando las condiciones de explotación de los trabajadores (reduciendo el salario, aumentando jornadas, etc). Esta tasa decreciente de ganancia, que se intenta revertir en momentos puntuales mediante la intensificación de la explotación anteriormente mencionada, es una realidad inevitable en el sistema capitalista y el motivo por el que no valen reformas. Por todo ello, lo que debemos buscar los trabajadores y futuros trabajadores es nuestra organización consciente e independiente, señalando el modo de producción capitalista como la causa de la explotación, tanto humana como del medio ambiente, siendo conscientes de que sólo acabando con ello y construyendo el socialismo podremos liberarnos de la explotación.

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