Aritz Rodríguez Galán,
presidente de la Federación Mundial de la Juventud Democrática
y miembro del Comité Central de la Juventud Comunista.
El 28 de julio de 1914 las tensiones entre las fuerzas imperialistas y las fuerzas capitalistas emergentes causaron el estallido de la Primera Guerra Mundial. Aunque la motivación fue una lucha entre las clases dominantes, esta guerra generó más conflictos dentro de la Segunda Internacional. En efecto, la situación dentro de la Segunda Internacional no era la mejor desde hace mucho tiempo, pero es innegable que la Primera Guerra Mundial provocó una crisis que dinamitó las tensiones ya existentes. El movimiento obrero internacional tuvo que hacer frente a los sectores que decidieron que la clase obrera se jugaba algo en aquella cruel guerra imperialista en la que lo único que se decidía era la división del mundo entre las clases dominantes. La certeza de que la paz entre los pueblos del mundo era algo que no entraba a discusión y que la única lucha debía ser por la emancipación de la clase trabajadora de este sistema explotador, llevó a una ruptura dentro de la Segunda Internacional. Así es como el movimiento obrero se deshizo de los elementos que colaboraron con el Imperialismo en la Primera Guerra Mundial, los sectores social-chovinistas, y tomó el camino hacia una unión obrera e internacionalista: hacia la Tercera Internacional y su ala juvenil, la Internacional Comunista de la Juventud.
En la Segunda Guerra Mundial, además de la lucha entre las fuerzas imperialistas, no podemos ignorar la amenaza emergente por un lado de las fuerzas fascistas que amenazaban con oprimir a los pueblos del mundo, y por otro lado la amenaza anticomunista que pretendía acabar con cualquier proyecto que quisiera acabar con la dominación mundial del Imperialismo. El final de la Segunda Guerra Mundial culminó con la gloriosa victoria sobre el fascismo. Aunque, desafortunadamente, el sistema de explotación permaneció.
La unidad de la juventud antiimperialista surge de los esfuerzos revolucionarios de la Internacional Comunista de la Juventud, de la heroica lucha de los pueblos del mundo contra el fascismo y del conjunto de las luchas antiimperialistas.
El 10 de noviembre de 1945, después del final de la Segunda Guerra Mundial, tuvo lugar en Londres otra reunión fundamental, en este caso del movimiento juvenil. Miles de jóvenes se reunieron en la Conferencia Mundial Juvenil, convocada por el Consejo Mundial de la Juventud, que reunió por primera vez en la historia del movimiento juvenil internacional a representantes de más de 30 millones de jóvenes de diferentes convicciones políticas y creencias religiosas, de 63 naciones.
La Conferencia Mundial Juvenil acordó el siguiente compromiso:
«Nos comprometemos a recordar esta unidad, forjada en este mes, noviembre de 1945. No sólo hoy, no sólo esta semana, este año, sino siempre. Hasta que hayamos construido el mundo que hemos soñado y por el que hemos luchado.
Nos comprometemos a construir la unidad de la juventud del mundo. Todas las razas, todos los colores, todas las nacionalidades, todas las creencias. Para eliminar todo rastro de fascismo de la tierra. Para construir una profunda y sincera amistad internacional entre los pueblos del mundo. Para mantener una paz justa y duradera. Eliminar la miseria, la frustración y la ociosidad forzada.
Hemos venido a confirmar la unidad de toda la juventud, a saludar a nuestros camaradas que han muerto – y a prometer nuestra palabra de que las manos hábiles, los cerebros agudos y el entusiasmo joven nunca más se desperdiciarán en la guerra. ¡Adelante por nuestro futuro!».
La FMJD se definió desde sus inicios como «una organización de jóvenes unidos en su determinación de trabajar por la paz, la libertad, la democracia, la independencia y la igualdad en todo el mundo»
Esta promesa llevó a la creación de la Federación Mundial de la Juventud Democrática (FMJD), «una organización de jóvenes unidos en su determinación de trabajar por la paz, la libertad, la democracia, la independencia y la igualdad en todo el mundo».
El ascenso del fascismo, la devastación generada por las guerras imperialistas, la explotación y la opresión en la que el sistema sumió a la juventud y al pueblo. Muchas fueron las preocupaciones que unieron a esos jóvenes que, ese día de noviembre de hace 75 años, decidieron unir sus fuerzas para luchar por «el mundo que habían soñado y por el que habían luchado».
Este gran acontecimiento fue un hito histórico en la historia del movimiento juvenil. A esa reunión en la capital británica le siguieron algunos de los mayores acontecimientos que la juventud antiimperialista ha experimentado en su historia.
La FMJD fue responsable de la creación de uno de los más importantes eventos internacionales culturales, políticos, populares y antiimperialistas, el Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes. Su primera edición se celebró en 1947 en Checoslovaquia, pero posteriormente se ha celebrado en otras 18 ocasiones en Hungría, la RDA, Rumania, Polonia, la URSS, Austria, Finlandia, Bulgaria, Cuba, la RPD de Corea, Argelia, Venezuela, Sudáfrica, Ecuador y la última que tuvo lugar en la ciudad rusa de Sochi en 2017, en conmemoración del centenario de la revolución soviética.
Además, la FMJD ha sido una organización crucial tanto para la solidaridad internacional como para el avance político e ideológico de la juventud antiimperialista. Ha llevado a cabo campañas de solidaridad internacional en apoyo de los pueblos oprimidos del mundo, ha denunciado la ocupación de países como Palestina, el Sáhara Occidental y Chipre, ha repudiado las guerras, las injerencias, los bloqueos y otras ofensivas imperialistas. Es imposible enumerar la encomiable labor que han desarrollado los camaradas que nos precedieron y en la que la FMJD ha desempeñado un papel protagonista fundamental.
El 10 de noviembre celebramos el 75º aniversario de la fundación de esta histórica y heroica organización. Un aniversario histórico que coincide con uno de los momentos más duros que la juventud y los pueblos del mundo han vivido en los últimos años.
El 75 aniversario de la FMJD coincide con uno de los momentos más duros que la juventud y los pueblos del mundo hayan vivido en las últimas décadas.
Hace tan sólo una década este sistema había sufrido una de sus grandes crisis económicas, en la que la juventud y la clase obrera cargaron sobre sus hombros todas las consecuencias mientras que las clases dominantes aprovecharon la oportunidad para seguir enriqueciéndose a nuestra costa. Cuando jóvenes y trabajadores todavía estábamos inmersos en las consecuencias de esa crisis, estalló una pandemia mundial que aceleró una nueva recesión económica. La suma de esta nueva crisis del sistema y la evidencia de que las clases dominantes entre sus propios beneficios y nuestras vidas siempre elegirán su enriquecimiento está teniendo consecuencias fatales.
Pocos días antes de que se conociera la existencia del virus COVID-19 y comenzara a propagarse por todo el mundo, en Nicosia (Chipre), cientos de jóvenes nos reunimos en la 20ª Asamblea General de la FMJD. Cualquiera pensaría que la pandemia mundial habría dejado por obsoletos los análisis que se hicieron antes de saber la devastación que causaría el virus. Lamentablemente, no. Durante la pandemia, hemos visto reafirmados cada uno de nuestros análisis.
Analizamos cómo la privatización de los servicios públicos básicos como la salud podría tener graves consecuencias entre la juventud y la clase obrera, y la pandemia ha mostrado las consecuencias de tener un sistema de salud privatizado y un sistema de salud pública deteriorado. Analizamos que la situación del empleo, tanto en la juventud como en la clase obrera en su conjunto, era precaria y las condiciones eran miserables, y la pandemia ha agravado aún más lo que discutimos en este análisis. Dijimos que el Imperialismo era el enemigo número uno de los pueblos y durante la pandemia hemos visto como la única preocupación de las fuerzas imperialistas ha sido aumentar su poder, para lo cual han mantenido sus injerencias imperialistas, bloqueos y sanciones ilegales, y un sinfín de ofensivas más contra los pueblos.
A día de hoy, la FMJD agrupa a más de 150 organizaciones de todas las regiones del planeta
Hoy en día, más de 150 organizaciones juveniles de África, Asia y el Pacífico, América Latina y el Caribe, Oriente Medio y América del Norte y Europa luchan por los mismos objetivos que unieron a aquellos jóvenes en Londres hace 75 años. Seguimos haciendo frente a las ofensivas del Imperialismo. Seguimos construyendo la solidaridad internacional entre la juventud del mundo. Seguimos luchando por la paz duradera. Seguimos luchando por el mundo que tantas generaciones de jóvenes hemos soñado y por el que hemos luchado.
Por eso hoy, como siempre, seguimos estando del lado de los pueblos. La Federación Mundial de la Juventud Democrática: construyendo el mundo que hemos soñado y por el que hemos luchado desde 1945.