Te hacen creer que no es necesario trabajar para generar riqueza; puedes invertir tu dinero y, si lo haces bien, lo multiplicarás.
Nos remontamos a finales del siglo XVIII. Con el asentamiento del libre mercado, una actividad que tenía ya mucha historia detrás consigue abrirse definitivamente un hueco en el mercado: las apuestas. Todo ocurre en Reino Unido, donde el desarrollo del capitalismo es más evidente. Se populariza apostar a carreras de caballos y abren las primeras casas de apuestas. Más de dos siglos después, tras el nacimiento y la profesionalización de diferentes modalidades deportivas, resulta difícil pensar en algún deporte sin relacionarlo con los juegos de azar.
Lo que no te explican es que tu beneficio implica que alguien igual que tú, sentado delante de otra máquina, está perdiendo su dinero. Tampoco te explican que igual que un día has ganado, el siguiente perderás más.
Quizá han cambiado las formas —ya no solo existen lugares físicos destinados a apostar, sino que Internet ha dado la posibilidad a las casas de apuestas de abrirse sus portales virtuales para que no haga falta moverse del sofá—, pero hay una cosa que permanece constante: el cuento liberal que se esconde detrás de cada apuesta. Te hacen creer que no es necesario trabajar para generar riqueza; puedes invertir tu dinero y, si lo haces bien, lo multiplicarás. Lo que no te explican es que tu beneficio implica que alguien igual que tú, sentado delante de otra máquina en cualquier otro lugar, está perdiendo su dinero. Tampoco te explican que igual que un día has ganado, el siguiente perderás más. No es cuestión de suerte que, en última instancia, sea el dueño de la casa de apuestas el único que gane, es cuestión de matemáticas.
Si bien hemos comentado que las nuevas formas de deporte han sido un trampolín enorme para los juegos de azar, hay una que se lleva la palma: el fútbol. Sin duda, el deporte más seguido mundialmente brinda la oportunidad perfecta a las diferentes casas de apuestas para adentrarse en su mundo y multiplicar sus beneficios. Hace apenas unas semanas la mitad de los clubes de LaLiga anunciaron de manera simultánea en sus redes que habían firmado un acuerdo de patrocinio con Bet365. Eso hace que, por el momento, todos los equipos que juegan en LaLiga excepto uno, la Real Sociedad —por el mero hecho de que su acuerdo con Kirolbet finalizó este mismo año y no lo han renovado—, estén patrocinados por casas de apuestas.
«El juego se ha convertido en espectáculo, con pocos protagonistas y muchos espectadores, fútbol para mirar, y el espectáculo se ha convertido en uno de los negocios más lucrativos del mundo, que no se organiza para jugar sino para impedir que se juegue». Así describía Eduardo Galeano el fútbol moderno en su libro El fútbol a sol y sombra. Y el fútbol, como espectáculo, se ha convertido en cómplice de uno de los negocios más sangrantes para la clase trabajadora. Esta, cuando vaya al estadio —porque no nos engañemos, por mucho que los dueños de los clubes sean ahora grandes empresarios o jeques, las gradas siguen copadas por la clase obrera—, verá grandes vallas publicitarias con el nombre de una casa de apuestas. Eso, juntado con la publicidad en diferentes medios, en la que participan periodistas deportivos de referencia e incluso futbolistas o exfutbolistas, solo pretende que el negocio de los juegos de azar no pare de multiplicarse en los barrios con rentas más bajas.[1]
Urge recuperar no solo el fútbol, sino el deporte popular. Un deporte hecho por y para la clase obrera. Un deporte que, como decía Fidel Castro, tenga como función «ir erradicando cada vez más (…) el juego, es decir, el vicio del juego».[2] Un deporte, en resumen, en el que la clase obrera sea protagonista y no víctima.
[1] Pascual, A. y Grasso, D. (2018, enero 28). Las casas de apuestas exprimen los barrios pobres de Madrid: crecen un 140% desde 2014. El Confidencial. https://www.elconfidencial.com/espana/madrid/2018-01-28/sportium-codere-luckia-salones-de-juego-ludopatia_1512360/
[2] Castro, F. (1961, diciembre 19). Discurso pronunciado por el comandante Fidel Castro Ruz, primer ministro del Gobierno Revolucionario, en la clausura de la plenaria nacional de los Consejos Voluntarios del INDER, efectuada en la Ciudad Deportiva, el 19 de noviembre de 1961. La Habana. http://www.cuba.cu/gobierno/discursos/1961/esp/f191161e.html
Estoy deseando ver el Rayo Vallecano Eibar en el estadio de los Yankees de Nueva York. La liga no quiere que se juegue un partido de liga en EEUU. Lo que quiere es que el Madrid o el Barca jueguen partidos en EEUU. Como pasa siempre, se trata de ganar dinero con la imagen mediática de otros. Lo que tiene que hacer el Real Madrid es junto con otros equipos europeos es gestionar su propia competición internacional, estilo NBA, y olvidarse de Laliga. Esta se puede quedar para el patético, Eibar, Getafe, Levante, Gerona, etc. Dicho esto con todos mis respetos.